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El iridio es un elemento químico de número atómico 77 que se sitúa en el grupo 9 de la tabla periódica. Su símbolo es Ir. Se trata de un metal de transición, del grupo del platino, duro, frágil, pesado, de color blanco plateado. Es el segundo elemento más denso (después del osmio) y es el elemento más resistente a la corrosión, incluso a temperaturas tan altas como 2000 °C. Solo algunos halógenos y sales fundidas son corrosivas para el iridio en estado sólido. El iridio en polvo es mucho más reactivo y puede llegar a ser inflamable.[2]
Fue descubierto en 1803 entre las impurezas insolubles del platino natural. Smithson Tennant, el primer descubridor, llamó al metal iridio en honor a la diosa Iris, la personificación del arcoíris, debido a los diversos y llamativos colores de sus sales. El iridio es uno de los elementos más raros en la corteza terrestre, con una extracción y consumo anual de tan solo tres toneladas. El 191Ir y el 193Ir son los dos isótopos naturales del iridio y también sus únicos isótopos estables; el 193Ir es el más abundante de los dos.[3]
Los compuestos de iridio más importantes son las sales y ácidos que forma junto con el cloro, aunque el iridio también forma una serie de compuestos organometálicos, utilizados en la catálisis industrial y en investigación. El iridio metálico es usado cuando se necesita alta resistencia a la corrosión a altas temperaturas,[3] como en las bujías de gama alta,[3] crisoles para la recristalización de los semiconductores a altas temperaturas, y los electrodos[3] para la producción de cloro mediante el proceso de cloro-álcali. Los radioisótopos de iridio se usan en algunos generadores de radioisótopos.
El iridio se encuentra en meteoritos en una abundancia mucho mayor que en la corteza terrestre.[4] Por esta razón, la abundancia inusualmente alta de iridio en la capa de arcilla en el límite Cretáceo-Paleógeno dio lugar a la hipótesis de Álvarez de que el impacto de un objeto extraterrestre masivo causó la extinción de los dinosaurios y muchas otras especies hace 65 millones de años.[5] Del mismo modo, una anomalía de iridio en muestras de núcleos del Océano Pacífico sugirió el impacto Eltanin de hace aproximadamente 2,5 millones de años.
El iridio también se emplea en aleaciones de alta resistencia que pueden soportar altas temperaturas.[3] Es un elemento poco abundante y se encuentra en la naturaleza en aleaciones con platino y osmio.[3] Se emplea en contactos eléctricos, aparatos que trabajan a altas temperaturas, y como agente endurecedor del platino.[2][3]